lunes, 16 de noviembre de 2020

Plenitud

 


Verdaderamente estamos en el universo que ha sido creado y diseñado para cada uno de nosotros y Dios nuestro creador ha querido por Amor puro  que particularmente disfrutemos de nuestra estancia aquí, en nuestra carne y en nuestro espíritu.  Con cada latido de nuestro corazón recibimos la invitación a ser felices, pero como nos percatamos de esto? disfrutando de las maravillas que tenemos a en la naturaleza que nos rodea, pero sobre todo disfrutar en el conocimiento de nuestro ser y al fin en el que llegaremos a convertirnos con la gracia del Espíritu Santo después de haber imitado a el hijo, Nuestro Señor Jesucristo. Para encontrar la plenitud de nuestra vida y  propósito debemos de buscar en la fuente, es decir de donde salimos, de quien fuimos moldeados y creados a semejanza,  podremos encontrar felicidad en otros caminos porque hay muchísimos más caminos que nos llevan a ser felices, pero son felicidades falsas, espontaneas o que después de vividas nos dejan un vacío. El único camino para la felicidad plena, es conocer el propósito que tuvo Dios al crearnos y la misión para la cual fuimos llamados a vivir en la tierra. Cuando trabajamos en la construcción de ese propósito y misión, encontramos un gozo y paz en nuestro corazón, que nadie podrá arrebatarnos.

 Obviamente para llegar a este conocimiento se necesita mucha humildad de nuestra parte, primero para reconocer que nuestra existencia se debe a causa del Amor de un Ser pleno, el cual es el principio y fin de todo lo creado, del cual salimos y al cual llegaremos si cumplimos fielmente sus preceptos. Si permanecemos abiertos a esta verdad que no es una verdad relativa sino objetiva habrá tierra fértil para comenzar a sembrar en ella. Solo si partimos de esta realidad estaremos listos para emprender el camino seguro que nos llenara de plenitud cada segundo que vivamos y daremos fruto abundante y bueno.