Hoy se
cumple una semana que mis hijos y yo hemos estado en cuarentena total. No hemos
salido de casa ni siquiera a lo más indispensable, de eso se ha estado
encargando mi esposo.Debido a que en el salón de clases de mi hijo mayor hubo un caso de Covid-19 el grupo de 2do grado fue
enviado a clases virtuales obligatorias por 2 semanas.
La verdad no hemos
tenido ningún síntoma y pues el riesgo es menor porque descubrí que la persona
contagiada es una niña con quien mi hijo no tiene contacto cercano pero pues el riego
de compartir las mismas áreas comunes lo quisieron eliminar los directivos
escolares y que buena decisión
A mí en lo personal me ha
cambiado la manera en la que hago mis rutinas diarias. Se ha incrementado el
trabajo al tener a mis 2 hijos en clases virtuales.
Se ha comentado mucho y fui
testigo de las conversaciones de muchas madres que hicieron esto al inicio de
la cuarentena en marzo, estresadas por aprender virtualmente, obviamente para los más pequeños
un reto mayor, el tener que aprender a utilizar la tecnología y la manera de
crear documentos, editarlos y enviarlos para obtener sus créditos escolares.
Estoy en estos momentos compartiendo todas sus angustias, frustraciones y
retos. Al momento de ayudar a los niños a estar atentos y seguir instrucciones.
Es un gran reto porque tienes enfrente problemas técnicos, de conexión a
internet, de audio e imagen, no solo los tuyos pero los de la maestra, la
maestra trata con toda la calma y sabiduría de tenerla atención de todos los
alumnos. Cuando lo consigue inicia las instrucciones de los materiales que hay
que tener a la mano para dicha clase, además de guiarlos a los enlaces externos
donde encontrar las hojas de trabajo que preparo, y es justo ahí te encuentras
otro reto, no siempre los coloca en la misma página, dependiendo de la materia,
y a veces están en otra, para hacer esto más cardiaco y difícil de encontrar
los enlaces a veces los pone dentro de enlaces que se presentan en fechas
anteriores. Todo un reto!!! Pero lo más cardiaco es que solo explica una vez y
da inicio a la clase. Y uno se queda buscando el archivo. Y no solo uno sino
que he observado que más de la mitad o la mitad de los estudiantes aun están
buscando los enlaces y la clase ya va a la mitad, estar en esta situación es de
lo más frustrante. Porque no puedes hablar te colocaron en silencio tu micrófono
y solo la maestra lo puede activar y lo hará cuando pueda porque ahora está
dando la clase. Ver el chat con muchas manitas esperando ayuda y ser tu uno de
esos que necesita la ayuda te frustra, lo bueno que los padres estamos ahí para
ayudarlos y ponerlos en sintonía con lo que va pasado. Mientras tanto viene mi
segundo hijo que también necesita ayuda sobre qué hacer en su clase virtual, lo
mismo. agggg pero bueno todo esto nos está mostrando a todos a aprender a ser
pacientes y caritativos al esperar a los otros. Además las transiciones de una
clase a otra, otro salón virtual, otros maestros y otras actividades con los
mismos retos. Pero aunque se pasa el rato, aprenden la teoría de los temas
tratados, también están aprendiendo tecnología, computación, diseño edición, enviar
correos etc. y esto es muy bueno. Mi hijo solo tiene 7 años y pues ya está
aprendiendo de todos esos temas.
Y pues para mí, el combinar la casa, la
comida, la limpieza, el organizar las actividades de mi bb de 2 años es aún
mayor el reto. Gracias a Dios por que en tan solo en esta semana he aprendido
que nunca es suficiente el tiempo que les dedicamos a los hijos, siempre
necesitan de nuestra ayuda, cariño y atención. Siempre lo necesitaran, tal vez
no estoy diciendo nada nuevo, ni extraordinario que no se sepa. Pero antes
estaba más centrada en otras cosas que también eran valiosas, como el servicio
y trabajo, compartir en comunidad etc. pero nunca debieron haber tomado el
lugar de mis hijos en la lista de prioridades.
Hoy hago este cambio en mi
manera de vivir y es algo muy motivante porque sé que estoy haciendo lo
correcto, lo que debí haber hecho siempre. Además, me he encontrado con
situaciones que antes no era consciente de que mi falta de atención atraía
consecuencias para los míos, situaciones importantes que cambiar y gracias a
Dios por esta experiencia y por permitirme que vea las cosas que debo corregir
para mejorar en todos los aspectos y ayudar a mi familia a crecer sanamente.
El
Servicio a mi familia y el amor que ha crecido en mis acciones hacia ellos en
este tiempo es algo que le agradezco a Dios y a esta pandemia.
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