miércoles, 30 de diciembre de 2020




En la víspera del próximo ano 2021 quiero desearles de todo corazón que sus vidas sean transformadas por la acción del Espíritu Santo y al igual que sus corazones, ustedes en todo su entorno reflejen ese amor recibido en su ser por Cristo Jesús. Todos sabemos que el año 2020 ha sido de grandes cambios para toda la humanidad y que por voluntad de Dios seguimos pasando dificultades en el ámbito de la salud y aun vivimos muchas restricciones para relacionarnos como lo hacíamos antes de la pandemia. La nueva normalidad,  sin la cercanía de nuestros seres queridos,  la ausencia de muchos que ya no están porque se nos adelantaron a la vida eterna, la perdida de trabajo, la depresión en nosotros y nuestros familiares, ha dejado secuelas negativas, pero también todos, en mi humilde percepción, hemos tenido tiempo para reflexionar sobre como estábamos viviendo, hemos tenido el tiempo de experimentar la cercanía con Dios nuestro creador y si le abrimos el corazón también recibimos la corrección fraterna y su misericordia que nos invita a la conversión y al cambio de vida, donde lo valioso es la vida misma y los momentos en familia y comunidad. Lo más importante somos los humanos y no las cosas, ni mucho menos el poder o la fama.  Las circunstancias de vida de cada una de las personas más vulnerables a nosotros deben tener prioridad en el trato que les damos y la ayuda que podamos brindarles, saliendo de nosotros mismos, de nuestras preocupaciones u ocupaciones superfluas que muchas veces ocupan gran cantidad de nuestro tiempo. Cuando fuimos creados Dios pensó en nosotros como hijos suyos y deseando que formásemos una comunidad de Amor y servicio entre nosotros. La vertiginosa vida que en la actualidad se vive, las prisas, el consumismo, el poder y la fama, han hecho que alejemos de nuestra mirada lo esencial para disfrutar del vivir sencillo, humilde y con propósito que nos traerá plenitud a nuestra vida. Por supuesto que debemos escuchar a Dios para descubrir el propósito para el que fuimos creados cada uno.

Por eso este día, pido y oro para que dispongas tu corazón y tu vida a recibir las gracias que te presenta Jesús día a día. Y agradezcas cada una de las bendiciones con las que cuentas, y hagas crecer los talentos con los fuiste dotado cuando fuiste concebido por tus padres e implanto Dios tu alma con la gran cantidad de dones únicos que te hacen una persona autentica e irrepetible. Feliz y bendecido Año 2021 para ti.

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